martes, 4 de octubre de 2016

Ya tengo otra cosa para el ricón para pensar.
Es de San Juan Pablo II de su encíclica "Veritatis Splendor" el esplendor de la verdad, y el trozo que he cogido es sobre la libertad.

"Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás."(Génesis 2, 17)
Leemos en el libro del Génesis: "Dios impuso al hombre este mandamiento: De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal  no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio."(Génesis 2, 16-17)
Con esta imagen, la Revelación enseña que el poder de decidir sobre el bien y el mal no pertenece al hombre, sino solo a Dios. El hombre es ciertamente libre, desde el momento en que puede comprender y acoger los mandamientos de Dios. Y posee una libertad muy amplia, porque puede comer "de cualquier árbol del jardín". Pero esta libertad no es ilimitada: el hombre debe detenerse ante el "árbol de la ciencia del bien y del mal", por estar llamado a aceptar la ley moral que Dios le da.En realidad la libertad del hombre encuentra su verdadera y plena realización en esta aceptacion. Dios que sólo El es Bueno, conoce perfectamente  lo que es bueno para el hombre, y en virtud de su mismo amor se lo propone en los mandamientos.

Ahora esto es de mi cosecha cuando uno quiere conocer la verdad tiene que ponerse en serio a buscarla y querer sino no hacemos nada y es algo apasionante porque te vas dando cuenta de muchas cosas que hasta ese momento no habias caido.
 

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