jueves, 14 de mayo de 2020

Ahora toca un tema también viene  en la encíclica El esplendor de la Verdad. Solo que los textos los he cogido del libro electrónico "Resumen de vida cristiana ". Lo tiene la página del Opus Dei y la verdad que es un libro bueno para consultar.
El tema es el pecado, que de verdad no está pasado de moda y si, sigue vigente.

-Se llama ley eterna al plan de la Sabiduría  divina para conducir toda la creación a su fin;por lo que se refiere al género humano,  se corresponde al eterno designio salvífico  de Dios, por el que nos ha elegido en Cristo "para ser santos e inmaculados en su presencia ","eligiendonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo ".

-La ley moral natural es la participación de la ley eterna en la criatura  racional.
Consiste en la misma luz de la razón que permite al hombre discernir el bien y el mal, y que tiene fuerza de ley en cuanto voz e intérprete de la más alta razón de Dios, de la que nuestro espíritu participa  y a la que nuestra libertad se adhiere. Se la llama natural porque consiste en la luz de la razón que todo hombre tiene por naturaleza.

-Los pecados se pueden dividir en mortales o graves y veniales o leves, según que el hombre pierda totalmente la gracia de Dios o no. El pecado mortal y venial se pueden  comparar entre si como la muerte y la enfermedad del alma.
Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que , además,  es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento.

-Materia grave: significa que el acto es por si mismo incompatible con la caridad y por tanto también con exigencias ineludibles de las virtudes teologales o morales.

-Pleno consentimiento o advertencia del entendimiento: o sea se conoce que la acción que se realiza es pecaminosa,  es decir , contraria a la ley de Dios.

- Deliberado o perfecto consentimiento de la voluntad: indica que se quiere abiertamente esa acción,  que se sabe contraria a la ley de Dios .Esto no significa que para que haya pecado mortal sea necesario querer ofender directamente a Dios basta que se quiera realizar algo gravemente contrario a su divina voluntad.
Las tres condiciones han de cumplirse simultáneamente.   Si falta alguna de las tres el pecado puede ser venial.

Y lo mejor de todo es que Dios como nos quiere tanto puso el sacramento de la penitencia o sea la confesión para perdonarnos  las veces que hagan falta y poder estar con El en  el cielo.

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