sábado, 30 de abril de 2022

Que me dice Dios 8

 Juan (21,1-14)

La pesca milagrosa

1Después volvió a aparecerse Jesús a sus discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se apareció así: 2estaban juntos Simón Pedro y Tomás —el llamado Dídimo—, Natanael —que era de Caná de Galilea—, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3Les dijo Simón Pedro: —Voy a pescar.

Le contestaron: —Nosotros también vamos contigo.

Salieron y subieron a la barca. Pero aquella noche no pescaron nada.

4Cuando ya amaneció, se presentó Jesús en la orilla, pero sus discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. 5Les dijo Jesús: —Muchachos, ¿tenéis algo de comer?

—No —le contestaron.

6Él les dijo: —Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. 

La echaron, y casi no eran capaces de sacarla por la gran cantidad de peces. 7Aquel discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: —¡Es el Señor!

Al oír Simón Pedro que era el Señor se ató la túnica, porque estaba desnudo, y se echó al mar. 8Los otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos de tierra, sino a unos doscientos codos, arrastrando la red con los peces.

9Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez encima y pan. 10Jesús les dijo: —Traed algunos de los peces que  habéis pescado ahora.

11Subió Simón Pedro y sacó a tierra la red llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y a pesar de ser tantos no se rompió la red. 12Jesús les dijo: —Venid a comer.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Tú quién eres?», pues sabían que era el Señor.

13Vino Jesús, tomó el pan y lo distribuyó entre ellos, y lo mismo el pez. 14Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Marcos (16, 9-15)

 Aparición a María Magdalena 

9Después de resucitar al amanecer del primer día de la semana, se apareció en primer lugar a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. 10Ella fue a anunciarlo a los que habían estado con él, que se encontraban tristes y llorosos. 11Pero ellos, al oír que estaba vivo y que ella lo había visto, no lo creyeron.

Aparición a dos discípulos

12Después de esto se apareció, bajo distinta figura, a dos de ellos. que iban de camino a una aldea; 13también ellos regresaron y lo comunicaron a los demás, pero tampoco les creyeron.

Aparición a los Once. Misión de los Apóstoles

14Por último, se apareció a los once cuando estaban a la mesa y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no creyeron a los que lo habían visto resucitado. 15Y les dijo: —Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura. 16El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará. 17A los que crean acompañarán estos milagros: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, 18agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.

Juan (20, 19-31)

 Jesús se aparece a los discípulos 

19Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo: —La paz esté con vosotros.

20Y dicho esto les mostró las manos y el costado.

Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. 21Les repitió: —La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo.

22Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: —Recibid el Espíritu Santo; 23a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos.

24Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25Los otros discípulos le dijeron: —¡Hemos visto al Señor!

Pero él les respondió: —Si no le veo en las manos la marca de los clavos, y no meto mi dedo en esa marca de los clavos y meto mi mano en el costado, no creeré.

26A los ocho días, estaban otra vez dentro sus discípulos y Tomás con ellos. Aunque estaban las puertas cerradas, vino Jesús, se presentó en medio y dijo: —La paz esté con vosotros.  27Después le dijo a Tomás: —Trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

28Respondió Tomás y le dijo: —¡Señor mío y Dios mío!

29Jesús contestó: —Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído.

30Muchos otros signos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este libro. 31Sin embargo, éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre. 

Marcos (16, 16-20)

 16El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará. 17A los que crean acompañarán estos milagros: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, 18agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.

Ascensión del Señor

19El Señor, Jesús, después de hablarles, se elevó al cielo y está sentado a la derecha de Dios.

Predicación de los Apóstoles

20Y ellos, partiendo de allí, predicaron por todas partes, y el Señor   cooperaba y confirmaba la palabra con los milagros que la acompañaban.

Mateo(5, 13-16)

 Sal de la tierra. Luz del mundo 

13»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente.

14»Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte; 15ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa. 16Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.

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