sábado, 14 de mayo de 2022

Que me dice Dios 10

 Juan (6,35-40)

35Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá nunca sed. 36Pero os lo he dicho: me habéis visto y no creéis. 37Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que viene a mí no lo echaré fuera, 38porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad de Aquél que me ha enviado. 39Ésta es la voluntad de Aquél que me ha enviado: que no pierda nada de lo que Él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. 40Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.

Juan (6,41-51)

 

41Los judíos, entonces, comenzaron a murmurar de él por haber dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo». 42Y decían: —¿No es éste Jesús, el hijo de José, de quien conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: «He bajado del cielo»?

43Respondió Jesús y les dijo: —No murmuréis entre vosotros. 44Nadie puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado, y yo le resucitaré en el último día. 45Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Todo el que ha escuchado al que viene del Padre, y ha aprendido, viene a mí. 46No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquél que procede de Dios, ése ha visto al Padre. 47En verdad, en verdad os digo que el que cree tiene vida eterna

48»Yo soy el pan de vida. 49Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron. 50Éste es el pan que baja del cielo, para que si alguien lo come no muera. 51Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Juan (6,52-59)

 52Los judíos se pusieron a discutir entre ellos: —¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

53Jesús les dijo: —En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. 54El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. 55Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57Igual que el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así, aquél que me come vivirá por mí. 58Éste es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron los padres y murieron: quien come este pan vivirá eternamente.

59Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Cafarnaún.

Juan (6,60-71)

 Reacción de los discípulos 

60Al oír esto, muchos de sus discípulos dijeron: —Es dura esta enseñanza, ¿quién puede escucharla?

61Jesús, conociendo en su interior que sus discípulos estaban murmurando de esto, les dijo: —¿Esto os escandaliza? 62Pues, ¿si vierais al Hijo del Hombre subir adonde estaba antes? 63El espíritu es el que da vida, la carne no sirve de nada: las palabras que os he hablado son espíritu y son vida. 64Sin embargo, hay algunos de vosotros que no creen.

En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que le iba a entregar.

65Y añadía: —Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre.

66Desde ese momento muchos discípulos se echaron atrás y ya no andaban con él.

67Entonces Jesús les dijo a los doce: —¿También vosotros queréis marcharos?

68Le respondió Simón Pedro: —Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; 69nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios.

70Les respondió Jesús: —¿No os he elegido yo a los doce? Sin embargo, uno de vosotros es un diablo.

71Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque él, aun siendo uno de los doce, era el que le iba a entregar.

Juan (10,27-30)

27Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y me siguen. 28Yo les doy vida eterna; no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos; y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. 30Yo y el Padre somos uno.

Juan (10,1-10)

 1»En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. 2Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. 3A éste le abre el portero y las ovejas atienden a su voz, llama a sus propias ovejas por su nombre y las conduce fuera. 4Cuando las ha sacado todas, va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz. 5Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños.

6Jesús les propuso esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

7Entonces volvió a decir Jesús: —En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos cuantos han venido antes que yo son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les escucharon. 9Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará; y entrará y saldrá y encontrará pastos. 10El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

 Juan (12,44-50)

44Jesús clamó y dijo: —El que cree en mí, no cree en mí, sino en Aquél que me ha enviado; 45y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. 46Yo soy la luz que ha venido al mundo para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47Y si alguien escucha mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48Quien me desprecia y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ésa le juzgará en el último día. 49Porque yo no he hablado por mí mismo, sino que el Padre que me envió, Él me ha ordenado lo que tengo que decir y hablar. 50Y sé que su mandato es vida eterna; por tanto, lo que yo hablo, según me lo ha dicho el Padre, así lo hablo.

Juan (13,16-20) 

 16En verdad, en verdad os digo: no es el siervo más que su señor, ni el enviado más que quien le envió. 17Si comprendéis esto y lo hacéis, seréis bienaventurados. 18No lo digo por todos vosotros: yo sé a quienes elegí; sino para que se cumpla la Escritura: El que come mi pan levantó contra mí su talón. 19Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que cuando ocurra creáis que yo soy. 20En verdad, en verdad os digo: quien recibe al que yo envíe, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe al que me ha enviado.

 




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